miércoles, 9 de abril de 2008

Los factores ecológicos




Los factores ecológicos actúan directa mente sobre los seres vivos limitando su territorio, modificando su nivel de re producción y también, a veces, haciendo aparecer en el seno de una misma especie variedades que tienen exigencias ecológicas diferentes (ecotipos). Estos factores ecológicos no tienen naturalmente en todos los grados la misma influencia sobre todas las especies y en el seno de cada especie, sobre todos los individuos, cuya reacción depende de diversos factores: edad. sexo, estado de madurez sexual... Las especies con una extensión ecológica amplia se llaman eurioicas, mientras que las otras. con una especificidad mayor. se llaman estenoicas. Pero estos limites ecológicos pueden modificarse a consecuencia de interacciones de factores; así, en ciertos vegetales, las temperaturas letales inferiores se modifican (se elevan) a causa del aumento del grado de nitrógeno mineral en el suelo de cultivo. También hay que hacer constar que el desarrollo de los diversos organismos está limitado por los valores demasiado bajos de un solo elemento, aun cuando los otros elementos estén en cantidad suficiente: es la ley del mínimo (Jus tus von Liebig. 1840). Así, en las zonas frías, son las bajas temperaturas las que actúan como factor limitante (zonas de vegetación en la falda de las montañas o en las regiones polares): del mismo modo, para las zonas áridas, es el escaso contenido de agua en los suelos o las pocas lluvias quienes determinan el establecimiento de la distribución de los seres vivos, como en el sur del Sahara. Los factores ecológicos, extremada mente numerosos, son clasificados de diferentes maneras, según los autores. La clasificación más sencilla distingue los factores climáticos, edáficos (ligados al suelo) y bióticos, a los que se añaden a veces los factores topográficos y alimenticios. Otra clasificación, más fisiológica, distingue los factores energéticos, hídricos, químicos, mecánicos y bióticos. De una manera sucinta, entré los factores climáticos se distinguen los que están ligados a la temperatura, a las precipitaciones, a la luz y a los vientos. En cuanto a los factores edáficos, se separan ordinariamente en factores físicos (textura, estructura, hidratación) y en factores químicos: contenido en diferentes sales (en particular calcio), reacciones de pH (acidez) y de rH2 (potencial de oxidorreducción). En los vegetales, en lo que concierne a los factores bióticos, la competencia entre las especies, la actividad de la microflora y los fenómenos parasitarios juegan un gran papel: en los animales, se encuentra la acción de estos mismos factores, complicados por el hecho de que los individuos son casi siempre móviles. Finalmente, debe también considerarse la acción del hombre: es mucho más nefasta que benéfica para los ecosistemas naturales establecidos en nuestro planeta; desde hace tiempo se dejaba sentir, aunque débilmente en las regiones de civilización antigua, en la actualidad se ha extendido considerablemente y se ha ampliado sobre todo el globo a causa de los medios mecánicos y químicos gigantescos puestos en marcha (desbrozamientos, desecaciones, construcciones y contaminación).

Los factores climáticos

Ante todo, hay que distinguir los datos (temperaturas, higrometria, evaporación. lluvia) que corresponden a los climas regionales y que se obtienen por las observaciones de las redes clásicas de climatología establecidas en todos los países; estas observaciones se hacen en condiciones normalizadas, a dos metros del suelo encima de una superficie llana y cubierta de césped, para que las influencias locales estén lo más atenuadas posible. Las medidas, sintetizadas en medias treintañales, permiten, por una parte, eliminar las anomalías anuales, y de otra parte, no falsear las variaciones que podrían producirse en periodos más largos. Los datos, completamente suficientes para la climatología a escala de una región y del globo, no son, sin embargo, bastante representativos de los climas limitados a localidades más o menos reducidas,. como un flanco de colina, el fondo de un valle... así pues, se ha creado la noción de mesoclima. Pero, para conocer las condiciones donde están implantadas las biocenosis, condiciones bastante alejadas de las del clima regional y aun del mesoclima, ha sido necesario precisar las características bioclimáticas de estaciones a veces muy reducidas: es así que ha nacido la noción de microclima: por ejemplo en un sotobosque a diferentes alturas, en el estrato herbáceo de un prado, al pie de un acantilado, a la sombra de una roca, en una fisura... Los estudios microclimáticos se impulsan sobre todo en el sentido de la comparación entre las estaciones. Se estudia la marcha de ciertos factores climáticos sea en el curso de un día, sea en el curso de un lapso de tiempo más largo (semana. mes, a veces incluso año). Estas medidas precisas permiten determinar las causas de las modificaciones del comportamiento de las biocenosis fecha de desarrollo, eclosión, floración y así definir la ecología de estas poblaciones y especies.

La temperatura y la humedad

La temperatura y la humedad del aire y de los suelos son las dos características más importantes para apreciar el micro clima de los biotopos: estas medidas pueden efectuarse a diversas alturas por encima y por debajo del nivel del suelo, lo que permite establecer los gradientes de temperaturas y de humedad, y a menudo explicar la microlocalización de ciertas especies. La busca de la acción de las temperaturas tiene una gran importancia para comprender ciertas áreas. Así, en las regiones desérticas, pequeños animales (roedores, reptiles) se ven aislados durante el día en sus madrigueras para evitar pérdidas importantes de agua durante las horas demasiado calurosas del día: en las regiones frías, algunas especies subsisten durante la mala estación manteniendo una parte de sus órganos profundamente enterrados donde las temperaturas demasiado rigurosas del invierno no les pueden afectar. La humedad de una estación está en función de numerosos factores: primero de las precipitaciones, las cuales, por otra parte. pueden presentarse bajo múltiples formas (lluvia, nieve, niebla. rocío),después de la evaporación, condicionada por los vientos, la temperatura, la topografía y también por ciertos factores bióticos, tales como la cobertura vegetal. También es un estudio complejo buscar el balance de agua de una estación, balance que debe efectuarse tanto en el aire como en el suelo. Si la humedad relativa del aire se mide fácilmente, la cantidad de agua utilizable por las plantas en el suelo es mucho más compleja de evaluar. En efecto, el agua se encuentra en el suelo bajo diferentes estados. Así se distingue el agua de gravitación, que llena momentáneamente, después de los periodos de lluvia, los huecos más grandes de los suelos, y el agua de capilaridad absorbible, retenida en los poros teniendo por debajo de 0,2 mm de diámetro (es con mucho la fuente más importante para la alimentación de las plantas en periodo de sequía). Quedan todavía dos estados del agua en el suelo: el agua capilar no absorbible y el agua higroscópica, ambas son inutilizables por las raíces de las plantas. Para saber de qué agua disponen las plantas, se busca entre dos valores la "capacidad de campo". que da sensiblemente la cantidad máxima de agua capilar, y el "punto de marchitez", que es el grado inferior en agua capilar absorbible por las raíces. También es muy importante conocer la "energía de retención del suelo" para el agua; su evaluación se efectúa gracias a la determinación del "potencial capilar'. (pF). Pero. para que esta agua disponible sea utilizada por la planta, todavía hay que tener en cuenta ciertos factores bióticos, tales como la morfología del sistema subterráneo y la competencia entre las raíces de diversas especies o individuos; se distinguen así las raíces con extensión vertical, lateral, mixta o intensiva. Hay que intentar también evaluar las pérdidas de agua por transpiración y por evaporación de los biotopos; a esto corresponde la noción de "evapotranspiración potencial, para evaluar ésta, se han propuesto numerosas fórmulas, en particular por Thornthwaite, Turc, etc. Los biotopos pueden tener condiciones hídricas muy diferentes que influyen considerablemente sobre la ecología de las especies que los colonizan: se distingue la biocenosis acuática, que vive entera y constantemente bajo el agua: la semiacuática, o anfibia. las hidrófilas, que viven en los suelos cercanos a la saturación; las mesófilas, que tienen una necesidad moderada de agua (esa este tipo de biotopo que se adaptan la mayoría de las especies cultivadas); finalmente las xerófilas, que están adaptadas a un débil suministro de agua. La capa de nieve en los países fríos tiene acciones múltiples, pero es sobre todo un excelente abrigo protector contra el frío invernal; así. es frecuente comprobar la muerte de ciertas especies de alta montada cultivadas en el llano, y esto a causa de las heladas, no estando estas plantas suficientemente protegidas durante la estación fría. La nieve tiene también acciones mecánicas (aludes) y morfológicas sobre los árboles dándoles, por lo menos a algunos, una forma de columna. Su presencia acorta a veces el periodo de vida activa en algunas semanas; el caso más típico es el de los " valles con nieve", donde se puede encontrar toda una zonación de plantas "quionófilas", ordinariamente plantas vivaces, rastreras, de desarrollo rápido y pudiendo incluso empezar a florecer antes de que se funda total mente la nieve.

La luz

Al lado de la temperatura y de la humedad, otro factor climatológico importante en ecología es la luz, bien sea por la duración de la iluminación, por la intensidad, o igualmente por su calidad, es decir por la acción de diversas longitudes de onda. La duración de la iluminación está en función de la latitud: la desigualdad de los días y de las noches, debida a la inclinación de la Tierra sobre la ecliptica, influye mucho en el desarrollo de los vegetales: así, algunos no pueden formar capullos más que en un periodo de días cortos (crisantemo), mientras que, para estas mis mas plantas, los días largos habrán sido favorables al crecimiento de las partes vegetativas (hojas y tallos); el microclima artificial producido en las avenidas de nuestras ciudades por la iluminación nocturna retrasa la caída de las hojas de ciertos árboles plantados en la ciudad. Estas características de longitud del día son una de las diferencias fundamentales que existen entre los climas de las altas montadas de las regiones ecuatoriales y templadas y los de las regiones polares. En los laboratorios de fisiología vegetal, en particular en los phytotrones, se emprenden numerosos estudios sobre comportamiento de las plantas según la duración de la iluminación. La variación de la intensidad luminosa provoca modificaciones muy numerosas en la fisiología de las plantas superiores, pero es también una de las causas de la distribución de ciertas especies: en efecto, existen "plantas de luz", o " plantas heliófilas" (alcachofa, melo cotonero, cedro). mientras que otras prosperan en una intensidad mucho menor (hiedra, pervinca, helechos, musgos). La nebulosidad tampoco se puede despreciar, ya que este fenómeno atenúa, en ciertos casos considerablemente, las intensidades luminosas; así, en montada media, existe una zona con nebulosidad importante que permite la completa expansión del haya; aquí no se trata sólo de la luz, también interviene el factor humedad. Hay que señalar que la intensidad luminosa al llegar al suelo disminuye notablemente a medida que se progresa en latitud, por el hecho del aumento del ángulo de incidencia; esto compensa en ciertos periodos (mes de junio) el alargamiento de la duración del día. y la suma de energía diariamente proporcionada por el sol sobre una misma área es entonces sensiblemente la misma entre 20º y 80° de latitud N. Finalmente, hay que señalar el claro aumento de la intensidad luminosa recibida en altitud, debida a la disminución del espesor de la atmósfera atravesada en las capas especialmente densas: este aumento de la intensidad luminosa tiene sobre todo una acción morfológica importante (reducción de las partes vegetativas, y mayor intensidad en la pigmentación de las flores).En los lagos, se pueden distinguir tres zonas correspondientes a las diferentes intensidades luminosas que allí llegan: la zona litoral, con gran iluminación, donde viven las fanerógamas enraizadas; la zona limnética (sin plantas enraizadas). donde la fotosíntesis es todavía superior a los efectos de la respiración y donde, por consiguiente, puede haber crecimiento del fitoplancton; por último la zona profunda, que está situada por debajo del nivel de compensación de la fotosíntesis, es decir, por debajo del nivel de mar donde fotosíntesis y respiración tienen la misma importancia. La calidad de la luz actúa muy poco en ecología. Se observa, no obstante, una estratificación en el reparto de los organismos según la profundidad de las aguas marinas; se debería a la desaparición progresiva de los diferentes tipos de radiaciones más o menos absorbidas por las capas de agua. Así, hasta los 50 metros, más o menos, la fotosíntesis es sensiblemente normal: es la zona eufótica.Por debajo, la zona oligotrófica desciende hasta los 500 metros: solamente algunos cocolitofóridos, provistos de pigmentos rojos, pueden utilizar las radiaciones azules que penetran hasta allí. Un fenómeno análogo se encuentra en los diferentes estratos del bosque tropical. pero allí intervienen a la vez la calidad de la luz y sobre todo su notable disminución a medida que se acerca al suelo.

El viento

El viento actúa como agente de transporte; en efecto, interviene en la polinización anemófila (fecundación de las palmeras, por ejemplo), en el desplazamiento de las semillas (semillas aladas de los arces). Juega también un papel en la construcción (o la destrucción) de ciertos suelos. Así, las dunas marítimas ven crecer su pendiente cara al mar, y a veces se instalan allí una serie de cubiertas vegetales resistentes a las coberturas de arena que pueden alcanzar 40 cm en un año.Pero estos desplazamientos eólicos pueden, por el contrario, provocar descalzamientos, erosiones que atacan los suelos, llevándose las partes más blandas, en algunas regiones más o menos áridas o con un cultivo intensivo, en particular en el centro de los Estados Unidos, donde los tornados, a pesar de la vegetación, pueden llevarse cantidades considerables de tierra. En la montaña, el viento tiene también importantes acciones; impide el crecimiento de las ramas: los árboles entonces se reducen a un tronco vertical que no tiene ramaje más que en un solo lado (a manera de bandera). Un fenómeno análogo se encuentra en las costas: los árboles están inclinados en el sentido del viento, y las ramas están torcidas y aun a veces aplastadas contra el suelo; estas anemomorfosis se encuentran corriente mente en los pinos marítimos cuando están al borde del mar. En Bretaña y en las costas del canal de la Mancha estos fenómenos son bastante corrientes

1 comentario:

Carme dijo...

muchas gracias!!! gracias a gente como tu internet no siempre esta lleno de mierdaa! :)